Me costaba trabajo desatar aquel nudo
aquel viejo vestigio de una vieja ilusión
que no sé todavía cómo pudo
enredar sus raíces sobre mi corazón.
Era un nudo tan firme,- tan imperioso y cruel,
que pensé muchas veces que al morirme - moriría con él.
Me costaba trabajo- y el tiempo se me iba
vanamente doblándolo hacia abajo
vanamente torciéndolo hacia arriba.
¡Ah, castigo final de los amantes,
que es el dolor más terco y más agudo:
doloroso castigo de las manos sangrantes
queriendo deshacer un viejo nudo!
Luchar porfiadamente,- ciegamente quizás
y comprender un día, de repente,
que al tratar de aflojarlo se apretó más y más.
Pero ahora voy cantando por la vida
despreocupadamente una canción,
aunque tengo una herida
una pequeña herida sobre mi corazón.-
- Y es que quizás fui rudo,
- como quien ciega un pozo,
- como quien parte un gajo
pero ya me dolía tanto el nudo
que lo corte de un tajo.
Gracias Querida Jimy amiga Juana